Uno de esos dispositivos reemplazados es la linterna: los iPhone tienen una luz pensada para el Flash de la cámara que usamos más como punto de luz cuando estamos a oscuras. Es algo muy útil, pero cuidado: si la usamos demasiado puede haber efectos negativos.
Lo que llamamos linterna del iPhone es en realidad un punto de luz LED de mucha potencia, capaz de iluminar buena parte de una instancia a oscuras. Para usos puntuales (momentos en los que buscamos algo escondido en un armario o cuando se ha ido la luz) es un salvavidas, pero si lo usamos de forma constante o permanente puede llevarnos a riesgos.
¿Qué podemos hacer? Pues utilizar esa linterna de forma casual, puntual. Y si vemos que la utilizamos mucho, también podemos recurrir a la linterna del Apple Watch, que podemos activar desde su Centro de Control deslizando el dedo hacia arriba de la pantalla. Alternando entre esa linterna y la del iPhone puede ayudarte a evitar deterioros.
Una luz LED que está permanentemente encendida se degrada antes, lo que puede provocar que deje de funcionar al cabo de un tiempo. No digo que vaya a ocurrir con seguridad o que el teléfono quede inservible, tampoco nos obsesionemos. pero sí que simplemente corremos más riesgo de que la linterna falle en algún momento de la vida útil del iPhone. Tenlo en cuenta si por ejemplo la usas antes de irte a dormir con tu habitación a oscuras, o si sueles ser de las personas que la usa de punto de luz en conciertos durante muchos minutos seguidos.
La linterna encendida también emite calor además de luz
Eso también me lleva a otra advertencia: cuidado con dejarse esa luz abierta. Ha habido casos en los que un iPhone con el modo linterna activado toda la noche ha llegado a quemar sábanas, como contaban hace un tiempo en La Razón. Lo causa el calor que hay a poca distancia de la luz encendida, y también puede dejar alguna que otra mala noticia en nuestra piel si nos dormimos con la linterna activada encima.