WhatsApp Logro convertirse en la app de mensajería instantánea por excelencia, como lo hizo a pesar de MSN, ICQ y sus predecesoras

 

¿Te acuerdas de los molestos e insistentes "zumbidos" de Messenger? ¿Reconoces haber pagado por descargar WhatsApp? ¿Eres de los que han usado emoticonos hasta la saciedad? Si has respondido que sí, enhorabuena, has visto toda la evolución de apps de mensajería instantánea.

Por supuesto, esto también implica pertenecer a una generación que vio en estos servicios una oportunidad de conexión inmediata con amigos y familiares, algo que ha desembocado en las actuales –y más utilizadas– WhatsApp o Telegram.

Ahora bien, hubo un momento en el que estas aplicaciones ni siquiera existían y, lógicamente, las conversaciones tenían lugar en sistemas muy diferentes a los actuales. El paso del tiempo, no obstante, ha sido bueno con estos y, en algunos casos, continúan entre nosotros.

No obstante, el camino de WhatsApp o Telegram no ha sido fácil, debido a su adopción masiva por el conjunto de la sociedad, un hecho que puede contradecirse con las legislaciones regionales, sobre todo en la Unión Europea, donde los derechos en protección de datos son casi sagrados.

Lejos quedan ya aquellas soluciones –casi prehistóricas para el sector tecnológico– que vieron la luz gracias a gigantes como Google o Microsoft.

Aunque sin duda alguna allanaron el terreno para otros servicios de mensajería instantánea que calarían en millones y millones de usuarios. Las mismas que comenzaron una revolución que pervive hasta nuestros días. Esta es la historia de la mensajería instantánea. 

El origen de la mensajería instantánea: del 'zoon politikón' al inicio de la informática

El ser humano es un zoon politikón, o "animal político" por la traducción actual del término planteado por el filósofo Aristóteles en los inicios mas reflexivos de la humanidad.

Resumida muy por encima, esta traducción se refiere al ser humano como un sujeto que tiene la capacidad de relacionarse políticamente, pudiendo crear sociedades y organizar la vida de las personas.

Anteriormente, el método de comunicación para la posteridad del ser humano habían sido las tablillas –como las del Antiguo Egipto–, aunque el material elegido, la arcilla, no era un gran amigo del paso del tiempo.

En 1982, el ordenador Commodore 64 –que alcanzó las 30 millones de unidades vendidas– era un reflejo de lo que había planteado Aristóteles. Su software Quantum Link –conocido también como Q-Link– permitía enviar mensajes online a sus usuarios.

Los 20 años que dieron lugar a WhatsApp y Telegram

Hubo un tiempo en el que algo tan simple como enviar un mensaje podía ser un gran dolor de cabeza. Al principio, se comenzó a experimentar con los chats en tiempo real –la primitiva Internet ya permitía esto–, pero todo cambió con IRC (Internet Relay Chat).

Este permitía que 2 o más personas entraran en la misma conversación a través de Internet, con lo cual se incrementaban exponencialmente las potenciales funcionalidades del protocolo. La gran novedad, creada por Jarkko Oikarinen, fue la de ofrecer servidores con numerosos canales.

Aunque habría que esperar al nacimiento de ICQ –un juego de palabras con "I seek you", cuya traducción en castellano es "te busco"–, que modificó por completo las normas establecidas en el año 1996.

Al principio de todo, esta plataforma fue creada por los israelíes Arik Vardi, Yair Goldfinger, Sefi Vigiser y Amnon Amir. Sin embargo, los fondos era insuficientes para su continuidad, así que Yossi Vardi, padre de Arik, tuvo que invertir en la compañía, bautizada como Mirabilis.

Entre las grandes novedades que aportó ICQ al terreno de la mensajería instantánea, se encuentran la personalización del perfil, sonidos de notificación, estados de conexión, emoticonos, transferencia de contactos y archivos, envío de SMS, videojuegos o hacer chats grupales.

En 1998, había conseguido tanta popularidad que la compañía AOL la adquirió por 287 millones de dólares de la época, una compra que marcó el inicio más claro de este tipo de plataformas. Este mismo año se lanzaría Yahoo! Pager, que después se llamaría Yahoo! Messenger.

l siglo XXI fue el punto de salida para las plataformas que conocemos hoy en día. Justo un año antes del cambio de milenio, Microsoft se aventuraba con Messenger –MSN– en la aventura de las plataformas de mensajería instantánea. 

Precisamente, MSN usaba la red de AIM –America-Online Instant Messenger–, con funciones que encantaron en aquel entonces a los usuarios, como los zumbidos, la opción "invisible", los guiños o la barra de estado.

Al año siguiente, Microsoft lo rebautizó como Windows Live Messenger, que alcanzaría su mayor cuota de usuarios en 2009, cuando 330 millones de usuarios a nivel global lo utilizaban cada mes.

Microsoft también compraría el 10 de mayo de 2011 Skype por 8.500 millones de dólares, una compañía que habían fundado en 2003 el danés Hanus Friis y el sueco Niklas Zennström y que, en 2005, fue comprada por eBay por 5.900 millones.

El éxito de Skype se tradujo en la eliminación de MSN como plataforma de mensajería instantánea, un camino que duró hasta marzo de 2014, momento en el cual el protocolo MSP dejó de funcionar definitivamente.

 

En esta época también nació Google Talk, cuya fecha de lanzamiento de la versión beta ocurrió el 24 de agosto de 2005. Al inicio, solo estaba disponible para usuarios de Gmail, aunque llegaría a Android 2 años después, con lo que aumentaron sus usuarios potenciales.

Google Talk acabaría como una actualización, en la tienda de aplicaciones de Google, de la Hangouts que conocemos a día de hoy.

Por el contrario, AOL vendió en 2010 ICQ a Digital Sky Technologies por 187,5 millones de dólares, un adquisición duramente criticado por comprometer supuestamente la seguridad de los usuarios, ya que esta compañía estaba afincada en Rusia –bajo el servicio mail.ru–.

La aplicación estrella de nuestros tiempos nació, curiosamente, por el rechazo de Facebook –la actual Meta– a añadir a su plantilla a ambos fundadores. Por si fuera poco, Meta adquiriría la compañía tiempo después.

La idea original de WhatsApp era la de plantear una alternativa, con cifrado de extremo a extremo, a los SMS tradicionales. Con el lanzamiento del primer iPhone en 2007, sus fundadores tenían clara la estrategia: una aplicación en fase beta que ofreciera algo diferencial.

Pero el mayor éxito llegó con su aterrizaje en Android, en 2010, ya que como apps de mensajería instantánea solo existían BBM –que era exclusiva de la desaparecida BlackBerry–, además de las ya mencionadas Google Talk y Skype, las cuales no usaban el número de teléfono del usuario. 

Desde entonces, su trayectoria no ha quedado exenta de polémicas: fue baneada durante 4 días de iTunes Store por problemas relacionados con datos personales; y en 2013, comenzó a cobrar 0,99 euros por su descarga, entre otras.

Sin embargo, se ha convertido en la app por excelencia de todo el mundo, al menos, en occidente, ya que en regiones principalmente de Asia aparecen otras como Line o WeChat, a las cuales tan solo mencionaremos por su uso minoritario.

Volviendo a WhatsApp, en 2022 logró la cifra de 7.000 millones de mensajes de voz diarios. Pero otra compañía le sigue de cerca, la que es la mejor alternativa actual a la app de Meta, Telegram.

Esta aplicación tampoco ha estado exenta de críticas, ya que su origen se remonta al 14 de agosto de 2013, fecha en la que los hermanos rusos Nikolái y Pável Dúrov lanzan el servicio de mensajería instantánea.

 

En el caso de estos hermanos, su camino había sido el del exilio de Rusia, debido a posturas opuestas al gobierno de aquella época. 

El punto de inflexión no llegó hasta 2021, cuando el servicio comenzó a financiarse desde una organización homónima y autofinanciada responsable de su desarrollo, cuyo centro de operaciones se encontraba en Dubái (Emiratos Árabes) y matriz registrada en las Islas Vírgenes Británicas.

Durante ese mismo año, Telegram ya sumaba 500 millones de usuarios activos mensuales y 1.000 millones de descargas en las diferentes tiendas de apps.